Estamos listos para el cambio?

Finalmente parece que le ha llegado la hora al Ingeniero Coronel. Despues de tanto decir y desdecir finalmente el pueblo se cansó y está marchando a botarlo del puesto.



Este no es un triunfo de la partidocracia tradicional que solo ha demostrado ser inefectiva con marchas o contramarchas para detener tanta barrabazada jurídica que se ha dado en estos meses. Los patricios ecuatorianos deben de reflexionar lo que se avecina. Este cambio presidencial no es un cambio provocado por el congreso siquiatra, por los de la camioneta o por los coroneles e indígenas. Es un cambio que se da finalmente por iniciativa popular. Finalmente el pueblo hastiado de tanta barbarie ha decidido marchar por las calles. El rollazo, el tablazo y todos los hazos no son mas que expresiones de democracia en las calles.

Ojalá que los políticos de siempre no salgan a pescar a rio revuelto para tratar de obtener ventajas para su recinto. Que no se vuelva a secuestrar la corte para usarla como instrumento de persecusión política. Que se acabe el secuestro por parte de los partidos políticos y organizaciones reaccionarias de los organismos e instituciones del país (educacion y petroleo por ejemplo) convertidas en instrumentos de poder, privilegios, prebendas y canongias. Ojalá que los hazos sean un signo del comienzo de una nueva era política en el Ecuador, con caras nuevas y propuestas concretas.

Ingeniero renuncie, vayase a su casa con algo de dignidad. No espere a que el pueblo de Quito le aplique la hoguera bárbara. La persistencia ante la adversidad es heroicidad, sin embargo la persistencia ante la realidad de los hechos es pura y llanamente necedad, estupidez. Abra los ojos y dese cuenta que es poco lo que puede hacer para salir del sepulcro en el que se ha enterrado usted solo.

Ingeniero permita que los ecuatorianos recobremos el orden constitucional vigente (lo que quede de el) y permita que el vicepresidente asuma la función presidencial. Ecuador necesita un médico en estos momentos que lo resucite del paro cardiaco en el que se encuentra.